La importancia de la cadena de frío.
Todo proceso logístico se caracteriza por la intervención de un número significativo de contactos, información, rutas y controles con la finalidad de asegurar que el producto llegue íntegro, completo y que cumpla con las especificaciones de calidad.
En este ciclo la cadena de frío es uno de los procesos más altamente sensitivos tanto por el reto de cumplirse dentro de un período de tiempo especificado para la entrega, como por los cuidados especiales que puede conllevar para a todo lo largo de la cadena para asegurar su distribución a tiempo y que cumpla con las especificaciones y expectativas de los usuarios.
Este proceso se torna particularmente crítico y complejo cuando hablamos de productos farmacéuticos.
Hoy día los productos biológicos o bien dicho de otra forma, aquellos elaborados a base de virus vivos representan un adelanto inmenso en el mundo de la medicina, por el amplio espectro, eficacia y seguridad ante tratamientos de prevención, atenuación, cura o control de enfermedades causadas por virus.
El aseguramiento de estos productos desde su fabricación bajo altos estándares de controles de laboratorio hasta su entrega final plantean a nivel de los diferentes procesos a saber: fabricación, almacenaje temporal hasta embarcación vía marítima o aérea, custodio vía transportación, desembarque en puertos y aeropuertos, transportación a centros de distribución, almacenaje extendido, preparación para despachos, transportación terrestre, aérea y marítima, y finalmente la entrega a destino final, bien sea un centro local de comercialización o distribuidor, hospital o farmacia.
Soluciones de embalaje.
A lo largo de cada uno de estos procesos hoy día contamos con soluciones o embalajes que permiten la transportación más segura y que guarde las especificaciones de temperatura adecuadas: hablamos de los embalajes, los que existen bajo dos grupos que son soluciones pasivas y activas. Las primeras que consisten en prototipos diversos de neveras con dimensiones variadas con distintas capacidades, las que preservan la temperatura gracias a una combinación previamente estudiada y calificada de material refrigerante frío como congelado que funcionan bajo un determinado espectro de tiempo asegurando la temperatura hasta su entrega final.
Se llaman pasivas ya que son soluciones que dependen de alguna fuente indirecta de carga de frío, en este caso geles o icesponges. Las activas, que corresponden a soluciones más sofisticadas y elaboradas, corresponden a estas embalajes que están dotados de equipos propios de refrigeración alimentados por una fuente de energía portátil o de duración específica: típico de esta categoría son los enviroteiner, especie de cofres o cajas de cierta dimensión y fabricados para encajar en las cabinas de transporte de los aviones, permiten una mayor capacidad de carga que las neveras o soluciones pasivas.
A un nivel mayor están los reefer o contenedores dotados de equipos de refrigeración que configurados a cierta especificación de temperatura o setting point, operan en forma autónoma gracias a una de dos fuentes de alimentación de poder: electricidad o combustible diesel.
No menos relevantes son los controles que han de mantenerse para cada uno de los procesos antes referidos como durante las etapas de transición o trasbordo de un punto a otro. En este caso la tecnología de hoy día nos ha dotado de importantes recursos a manera de dispositivos de medición de temperatura y humedad portátiles y de diferentes usos y dimensiones según las necesidades y volumen de carga o de las soluciones de transporte a utilizar.
Destacan entre estos los dispositivos electrónicos que registran temperatura y humedad cada cierto tiempo, registrando picos o excursiones hacia arriba o hacia debajo de los rangos especificados y que al final de su recojo en destino preliminar o final, es factible bajar información a manera de reportaje si se cuenta con alguna interfaz. Ejemplo de estos son los dispositivos del fabricante Sensitech, los que según propósitos los hay de uso único o Single Use, o de uso múltiple. Existe otros aún algo más sencillos que no requieren aplicación y que hoy día simplemente retienes y comparten la data a través de terminal USB, como los Libero. Aún más avanzados están de estos y otras compañías aquellos que indican o marcan alarmas de temperatura o de congelación, o incluso más sofisticados, los de tipo GPS que te indican las temperaturas en cualquier momento de la ruta de transportación a tiempo real. Todos ellos utilizables para la transportación en cualquiera de las modalidades de la logística: aérea, marítima o terrestre.
Para el almacenaje extendido no menos importante son estos dispositivos, los que se instalan en espacios específicos basados previamente en un estudio de temperatura o mapeo. Estos los hay en forma alámbrica o tipo Wireless, son equipos muy sofisticados, con alto grado de precisión en la medición de temperatura y humedad. Estos deben estar sujetos a calibraciones y re-calibraciones, pruebas en las que son sujetos en comparación a un patrón o equipo de medición que es trazable a alguna métrica de reconocimiento nacional o internacional, para verificar si requiere ajuste o no, y consigo, asegurar la exactitud de las mediciones que registra.
La adecuada configuración, el uso conforme a procedimientos bien estructurados, como la aplicación e implementación conjunta de todos estos elementos bajo personal ampliamente entrenado son la clave del éxito para que todo producto o vacuna llegue a destino final preservando los atributos de calidad, pureza, integridad y seguridad, elementos fundamentales para dar confianza por usuarios o pacientes de cualquier fórmula médica, de conformidad con las Buenas Prácticas de Manufactura y Distribución.
El incumplimiento o aplicación inconsistente o ineficaz de cualquiera de estas variables dará por resultado la rotura de la cadena de frío y consigo, la pérdida del producto o vacuna. Una situación de grandes proporciones en este sentido podrían conllevar más que sólo la pérdida de una gran suma de dinero por el rechazo de productos, la dificultad de suplir a tiempo el producto para un tratamiento de salud pública, llámese campaña de vacunación en respuesta a una pandemia, dado que la reproducción de estas vacunas implican estrictos controles que requieren tiempo, medición, validaciones y seguimiento hasta la fabricación final.
Este ciclo de cadena fría igualmente válida aplica –quizás con otras variantes, aunque con efectos similares- al caso de otros perecederos de los cuales depende la gente, caso de los productos cárnicos, frutas y legumbres, por mencionar unos cuantos. Por ello la importancia de mantenerse a tono con los componentes, datos, dispositivos que hoy día hay en el mercado para asegurar la salud como la alimentación humanas.
Extracto de Miguel R. Sánchez P. – Gerente de Calidad / J. Cain & Co.
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